Osteopatía

La osteopatía es una terapia manual fundada sobre los principios del conocimiento preciso de la anatomía, biomecánica y fisiología del ser humano. Sobre esta base, el entendimiento del cuándo y cómo intervienen los diferentes tejidos del cuerpo en la producción y desarrollo de la enfermedad, nos permite establecer el origen de dicho proceso y aplicar diferentes técnicas en función del diagnóstico que hemos hecho.

La visión global osteopática se caracteriza por contemplar al individuo como un todo, en el cual interaccionan los diferentes componentes: sistema músculo-esquelético, vísceras, sistema nervioso, el plano emocional, etc.

Osteopatía Netter El Retiro, Madrid

Las diferentes técnicas aplicadas se pueden clasificar en tres grandes grupos:

Técnicas Estructurales. Dirigidas al sistema músculo-esquelético, dónde la elección de las mismas depende del tejido afectado y se adaptan a las características propias de cada paciente (edad, estado de salud, contraindicaciones…).

 Técnica Viscerales. Cuando la estructura diana a tratar son los órganos y/o las estructuras que les conectan o les permiten funcionar con normalidad (nervios, vasos sanguíneos, membranas…).

Técnicas Craneales o Craneosacra. Son todas aquellas que mejoran y facilitan la micromovilidad de los huesos del cráneo y el conjunto de membranas, meninges y del LCR (Líquido Céfalo-raquídeo). Éstas pueden verse afectadas por traumatismos físicos o emocionales, alteraciones posturales que pueden influir en los nervios craneales, arterias, glándulas y otros tejidos, cuyo recorrido a través de los diferentes agujeros del cráneo puede verse alterado. Las consecuencias de este tipo de disfunciones son muy diversas, y pueden producir neuralgias, migrañas, vértigos, en incluso alteraciones vegetativas (trastornos vasculares, digestivos, respiratorios…).

Los mecanismos de autorregulación en el organismo están asegurados por el sistema nervioso, circulatorio y linfático. La pérdida o reducción de estos mecanismos intrínsecos, puede llevar a estados patológicos. La intervención osteopática podría incidir sobre todo en estados pre-patológicos, es decir, en fases de desarreglo funcional, de manifestaciones sintomáticas iniciales, pero por falta de información o de cultura sanitaria, la mayoría de las veces se acude a tratamiento osteopático en fases ya avanzadas de la alteración de salud. En estos casos, la osteopatía también facilita los mecanismos inherentes de autorregulación, permitiendo que el cuerpo se recupere y consiga la normalización de las funciones alteradas, lo que se traduce en disminución de los síntomas y reencuentro con el estado de salud.

En resumen, el cuerpo es un todo, una máquina compleja en la que músculos, órganos o cada célula se relaciona e interactúa con los demás elementos para mantener el equilibrio y la buena función de cada estructura. La función del osteópata es la de normalizar y devolver al cuerpo la capacidad de autorregulación y equilibrio.

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